domingo, 25 de septiembre de 2011

Atardecer en movimiento

Tarde rosácea.
Como tus labios,
la noche muerde
las últimas nubes
de este día sin camisa.

Tarde amarilla.
Como tus manos,
el último rayo
acaricia los cristales
de mi cárcel.

Tarde gris.
No estoy encerrada,
pero me siento perdida.
Mil sitios,
ninguno con camino.

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