Hace unos minutos ha sonado con fuerza en miles de medios de comunicación el nombre de una gran poeta sueco, Tomas Tranströmer, quien es ya el Premio Nobel de Literatura 2011. Debo reconocer que hasta hace unos momentos no conocía ninguna obra suya, pero ahora estoy segura de que su éxito es merecido. Su última antología publicada "El cielo a medio hacer" fue traducida por Roberto Máscaro.
Para amigos tras una frontera
IFui tan parco en mi carta. Pero lo que no pude escribir
se hinchó e hinchó como un antiguo zepelín
y se perdió al fin por el cielo nocturno.
II
Ahora el censor tiene la carta. Enciende su lámpara.
En el resplandor vuelan mis palabras como monos en una reja,
se sacuden, se aquietan y ¡muestran los dientes!
III
Leed entre líneas. Nos encontraremos en 200 años
cuando estén olvidados los micrófonos de hotel
y podamos dormir al fin, hacernos ortoceratitas.
Hoy es un gran día para la poesía, un género que muchos califican de poco comercial. Sin embargo, para quienes lo conocen es imposible vivir sin mirar a su alrededor en forma de verso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario