Somos un juego de palabras
que acaba siempre
en punto y coma;
somos dos calculadoras de cariño
que actúan por separado,
somos dos sueños
inversamente proporcionales.
Somos el bien y el mal,
blanco y negro,
día y noche,
rutina y novedad.
Tan distintos, tan iguales.
Somos más juntos que separados.
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