domingo, 26 de junio de 2011

A un ángel

Tú, princesa,
madruga una tristeza y
sonríe antes de que amanezca.
Porque la ley de las horas
ha cerrado el último bar.
Que la ley de los ojos cansados
no te permite llorar más.
Que la ley de los buenos amigos
nunca te abandonará.

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