lunes, 28 de noviembre de 2011

Translúcido universo

La utopía cotidiana
nos asalta
nos roba las carteras
nos abandona sin que la hayamos reconocido.

Lo coherente
ha salido sin abrigo
en este invierno
que duele hasta en las entrañas.

Lo incongruente
ha acabado con mi paciencia
me arrastra hasta mi delito
hasta mi felicidad.

Cae sobre nuestras espaldas
la niebla indiferente y pesada.
Tú te esfumas,
pensamiento oxidado.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

A medio componer

Nos hemos hecho música, 
pentagramas imaginarios en clave de sol,
éramos corcheas de la mano
para devenir en estrofas lentas.

Somos amistad y susurros empañados, 
además de besos espontáneos.
Te guardo como
letra en el cajón de los abrigos.

La canción nos espera
a medio componer.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Cirros en la infancia

Mientras,
los cirros más norteños
besan a aquellas montañas tan ligeras
matando la última línea luminosa
capaz de embarcar
el más profundo de mis hastíos
en este día que ya fallece.

Minutos más tarde,
sonrío a los grises más extenuantes
de cielo inmenso, de tierra inmunda;
gris, grises
apagados, rotos, amarillentos que me rodean
cuando el rosa más centelleante
que grita al universo se marchita.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Segundos contados

Acecha la prisa
por el amor
por el rumor
por la palabra
por la mentira.

A expensas de una sombra
que la pare
que la rapte
que la cambie
de lugar.

Acecha el malhumor
el pesimismo
y la rabia.

A expensas de ti
de que me digas que somos dos
de distraer a la prisa.

A escuchas de un reloj
que diga que ya se ha hecho tarde
y que no importa.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Ciudad

La ciudad
me sobrecoge
me sobrepasa
me abraza.


me hablas
de incongruencias
de detalles
de épocas
de aquella catedral
donde amanecimos
cuando nos conocimos.

Reflejan
lo que fuimos
lo que somos
las ganas de besarnos que tuvimos.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Todos los muertos son iguales

Las letras de tu lápida envejecen
como tú si te mantuvieras en pie.
Todas las flores acaban marchitas
hacia las vértebras cuajadas por el descanso.

Aunque sin soporte material,
lo único que no muda son los recuerdos,
que permanecen como imágenes congeladas
a pesar del sol que les baña las miradas constantemente.

Sin embargo,
algunos de estos recuerdos
vaguean como los pájaros recién 
nacidos que sobrevuelan este cementerio.

Aquí todos sois iguales, y vais creciendo
cuidados por las estaciones
que se ceden el paso
cuando el giro 
finaliza.