Píntame
y que el mundo cambie de color.
Píntate
y que nuestros cuerpos sean azules.
Píntanos
y que nuestros cuerpos sean solo tinta inmóvil,
viva, de carne y lienzos;
que no estemos hechos de líneas rectas
ni de polígonos triangulares.
Y que de repente seamos un cuadro en negro,
sin compás de arte,
sin signos de un artista gruñón
que escupe gritos con un pincel.
Y que todos alaben nuestra pintura.
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